Quizás sin conocer su definición exacta, bien sin pensar en este tipo de tecnologías en términos de Cloud Computing, cualquier usuario de la red lleva años haciendo uso de un sinfín de soluciones y servicios en la nube. Gmail, Facebook, Dropbox, Skype o PayPal, entre otras aplicaciones a las que estamos habituados y que utilizamos en nuestro día a día, son ejemplos de lo que se denomina Computación en la Nube, más conocido en los sectores especializados por su término anglosajón Cloud Computing. Pero como sucede con la mayoría de las tendencias TI, la nube está en continua evolución y las últimas innovaciones en Cloud Computing han manifestado un crecimiento que no ha tardado en traspasar las fronteras del usuario común y pasar a jugar un papel fundamental en la gestión de cualquier empresa o entidad. Es más, desde hace algunos años, el Cloud Computing se ha comenzado a entender como un cambio del paradigma tecnológico, presentándose, con una merecida justificación, como un nuevo modelo que permite a las empresas estar siempre actualizadas sin sobrecostes y asumir en todo momento, y sin sobresaltos, los gastos que supone la continua evolución de sus servicios e infraestructuras TI.
Pero, ¿qué es exactamente la nube?
Si pensamos en una definición técnica del Cloud Computing podríamos definirlo como el conjunto de programas y servicios alojados en un servidor conectado a la red, accesible desde cualquier dispositivo (independientemente de su sistema operativo) con conexión a Internet, sin necesidad de instalar aplicaciones ejecutables en su disco duro y en el que se encuentra almacenada toda la información generada por las distintas aplicaciones. Atendiendo a todo lo que ofrece este tipo de tecnología, son muchos los beneficios que, de una u otra forma, se han destacado del trabajo en la nube. Además de las económicas, podemos encontrar infinidad de informes, encuestas, análisis o experiencias de las propias empresas que coinciden en otorgarle otras múltiples ventajas: todo es portátil, permite almacenar la información de forma segura, supone un ahorro de tiempo y de costes, facilita un rediseño de los procesos de gestión interna de las organizaciones, todo ello unido a sus incontables beneficios en torno a la seguridad y la confidencialidad. En este sentido, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que el Cloud Computing es una alternativa ágil, rápida, flexible y eficiente a la hora de acceder a soluciones y servicios tecnológicos que permiten optimizar un negocio y lograr una mejora significativa de sus diferentes servicios y operaciones.
No en vano, el avance del Cloud Computing sigue imparable y se consolida como un nuevo modelo de negocio. Los índices de desarrollo de las áreas Cloud de más rápida expansión alcanzan el 46% anual. De hecho, los expertos la consideran como una de las áreas TI de mayor progresión, con ratios anuales que se aproximan al 30%. Y lo importante es que esta tendencia al alza parece que se mantendrá en los próximos años. Según la consultora mundial IDC (International Data Corporation), se estima que para 2019 el gasto total en infraestructuras TI en la nube superará los 52.000 millones de dólares, el equivalente al 45% del total del gasto en infraestructuras tecnológicas. También Forbes prevé que en 2016 las inversiones en los servicios de alojamiento en la nube, tanto a nivel público como privado, crecerán significativamente a nivel del gasto mundial.
Y en este contexto, ¿cuál es el beneficio para las PYMES y medianas empresas?
La computación en la nube es una manera práctica y eficiente para que las empresas puedan ahorrarse dinero, tiempo y molestias en la gestión de su día a día. Algo que cobra todavía más valor cuando hablamos de PYMES o autónomos. En este sentido podemos destacar una serie de ventajas clave que evidencian que el Cloud Computing permite mejorar significativamente la agilidad del negocio y su infraestructura de TI:
- Reducción de costes: los servidores alojados en la nube permiten reducir al mínimo los requisitos de TI y de almacenamiento físico, lo que proporciona un ahorro significativo.
- En cualquier momento y en cualquier lugar: los “escritorios” alojados en la nube permiten a los usuarios acceder a sus archivos en cualquier momento y desde cualquier lugar, sea cual sea el dispositivo. Además, al mismo tiempo que permite facilitar la organización del trabajo de cualquier usuario, los archivos no quedan “atrapados” en un único equipo.
- Facilita la colaboración: el sistema de almacenaje y acceso a los archivos y aplicaciones a través de la nube permite a todos los empleados acceder y trabajar sobre un mismo documento. De manera adicional, esto permite gestionar de una manera sencilla los controles de acceso y permisos.
- Reducción de los riesgos: la nube añade seguridad a las organizaciones, que, al disponer de sus datos fuera de sus instalaciones, ven disminuida la posibilidad de piratas informáticos, virus, accidentes y otras cuestiones de seguridad que puedan afectar tanto a sus infraestructuras o sistemas TI como a sus propios servicios.
- Eficiencia y productividad: la migración a la nube aporta a las organizaciones numerosas ventajas en relación a los requisitos de energía, las consideraciones de espacio, las continuas actualizaciones de software o la solución de averías, que pasan a ser competencia de un proveedor externo.
En definitiva, lo que parece claro es que el cielo no puede esperar. Y si no es suficiente con estos argumentos, ahora es el momento de dar el salto definitivo a la nube aprovechando las ayudas que el Ministerio de Industria ha puesto a disposición de todas las Pymes españolas. Conoce toda la información sobre estas subvenciones haciendo click aquí
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