La ganadora del VII Premio Nacional de Librería de México, Sonia Verjovsky, afirma que el “acceso a la tecnología” es fundamental para generar vínculos con los lectores.
Catarina Marina es el nombre de una pequeña librería de cinco años de vida ubicada en el municipio mexicano de Cuernavaca. Pero también “es una mirada integral hacia un grupo desprotegido de la población para el que no existen políticas públicas claras para su crecimiento social y cultural: los jóvenes”.
Así lo entiende el jurado del Instituto Profesional para Libreros de México y de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que ha distinguido a esta librería con el VII Premio Nacional de Librería. Un premio que recibirá el próximo 1 de diciembre en la 28 edición de la FIL y que obtendrá el estímulo de 200.000 pesos para un proyecto enfocado al público infantil y juvenil.
Grupo Trevenque, empresa española líder en la creación de software editorial y presente en 13 países de Latinoamérica a través de su sede en México DF, ha entrevistado a la propietaria y directora de Catarina Marina, Sonia Verjovsky, que defiende la figura de las librerías como “espacio de diálogo”.
- Premio Nacional de Librería, ¿A qué atribuye ese logro?
“A que llevamos 5 años trabajando para hacer una librería que realmente pueda apoyar a padres de familia y maestros, pero, sobre todo, a niños y jóvenes a encontrar literatura adecuada para ellos”.
- ¿En qué visión enfocó el proyecto con el que gana y a quien va dirigido?
“Nosotros lo que pretendemos lograr es desarrollar un poco más el área juvenil de las librerías, ya que llega un momento en que este público crece y está en búsqueda de nuevas cosas. Y, en este sentido, queremos desarrollarles un espacio tanto físico como virtual”.
- Ha mencionado que tener una librería se está volviendo una aventura difícil, complicada. ¿Qué expectativas ve a corto y medio plazo en el sector editorial latinoamericano?
“Creo que sí es difícil el panorama ya que estamos enfrentando un nuevo desafío pero, por otro lado, también creo que las librerías siempre han tenido que reinventarse y cambiar su enfoque por cuestiones económicas y sociales. Y esos cambios los veo reflejados, por ejemplo, en la apertura de librerías especializadas. Pero, en general, estos cambios definen a las librerías como un espacio de dialogo y encuentro a corto y mediano plazo”.
- Dentro de estos cambios que menciona, ¿qué beneficio ve en el aporte tecnológico dentro del mismo sector editorial? ¿Es necesario u opcional a su punto de vista?
“Yo siento que es necesario, aparte del apoyo fundamental para administrar fácilmente un negocio que por su naturalidad es complejo. Es necesario tener acceso a la tecnología para poder llevar nuestras librerías más allá, independientemente de que vendamos libros físicos, libros de papel como principal razón. Hay nuevas formas de distribuirlos, de acceder a ellos, nuevas plataformas, nuevos medios de acercar mucho más el libro al lector. Y además, por medio de tecnologías que nos permitan saber sobre el tipo de libros que busca el cliente, que nos ayuden a ordenar mejor nuestro material, a saber qué tipo de libro les interesa, pero siempre en conjunto con el factor humano, quien es a final de cuentas quien usa e interpreta esta tecnología”.
- En este sentido, Geslib, software de gestión para librerías desarrollado por Grupo Trevenque, ¿ha sido de ayuda para usted y la librería Catarina Marina?
“Sí. Realmente estuvimos pensado en hacer una inversión, investigamos diferentes opciones, y sabíamos que necesitábamos un sistema que nos apoyara en el sentido administrativo de la librería: proveedores, pagos, hacienda y demás aspectos complicados, y para nosotros fue interesante encontrar Geslib, porque nos proporcionaba todo esto y además podíamos ocupar a futuro la plataforma electrónica (Weblib) para ventas de libros. A pesar de que es un programa muy amplio, que contiene mucha información, siento que hasta librerías pequeñas como nosotros podrían utilizarlo, ya que es muy útil y a largo plazo nos va facilitando todos esos procesos que nos quitan tiempo día a día y no deberían hacerlo”.
- ¿Qué recomendación daría a sus compañeros libreros para llegar a cumplir las expectativas que usted cumple día a día?
“El crear una comunidad lectora, tratar más a los clientes, saber sus necesidades, ir más allá del acto de vender un libro. Animarles a la lectura, de dar recomendaciones, ser una parte activa de la formación de lectores, que nos lleve a una nueva etapa en el sector editorial”.