A nadie se le escapa que de forma global el mercado del libro impreso está en franca decadencia; en algunos países apenas se vislumbra esa caída de ventas, mientras que en otros ya encadenan uno o incluso dos lustros de descensos en las ventas que se van produciendo, salvo puntuales y aislados momentos que no se mantienen en el transcurrir de los meses.
En algunos de esos países las caídas de ventas acumuladas en los últimos años llega al 40%, lo que hace que gran parte de la industria se plantee alternativas o incluso reinventar la forma en la que ofrecen su producto al público. Los editores han planteado como posible línea de defensa la digitalización de su edición, la elaboración de un catálogo con un valor añadido para sus publicaciones (especialización, libro “regalo”, etc) o plantear acciones de comercialización directa para la búsqueda de ese margen que, tradicionalmente, quedaba en la cadena de valor del libro (Editorial-Distribuidor-Librería).
El librero, en cambio, está siendo más duramente castigado, ya que sus posibilidades de maniobra son más limitadas tanto y cuanto mayor sea su estructura. En este tiempo estamos viendo una serie de ejercicios interesantes buscando encontrar un mercado alternativo, cambios en las librerías, apertura de nuevos canales o incluso en el concepto de la propia librería. Vamos a dar un repaso de algunas de las alternativas que los libreros están planteando:
En este concepto se pueden sumar las anteriores medidas, siendo muy típico en este tipo de establecimientos, otros actos culturales como conciertos o exposiciones, que sumados al público que acude por la oferta gastronómica puede crear un ecosistema que incentiva las ventas y fideliza al cliente. En este interesante concepto son paradigmas por ejemplo, las “Cafebrerías el Péndulo” de México o “Beta Book Café” en Puerto Rico entre otras muchas.
Existen muchos caminos que tomar con el fin de anticiparse y plantear alternativas de negocio, que vinculadas a los libros puedan impulsar y mantener un negocio que está sujeto, en estos últimos años, a mayores cambios que los sufridos en los dos últimos siglos.
Puede que muchos puristas digan que algunos de los conceptos que se perfilan en esta entrada no son aceptables para el concepto de una librería tradicional, pero según la teoría de la evolución y desde Grupo Trevenque estamos convencidos de que sólo los más aptos continúan adelante y fruto de la necesidad el ingenio, del que siempre hicieron gala muchos libreros, es más necesario que nunca.